La trágica noticia se esperaba desde hacía tiempo. En agosto, Vicente Fernández sufrió una caída que le provocó un golpe en las cervicales, le lastimó la médula y le dejó prácticamente sin movilidad en brazos y piernas. Los médicos le practicaron una cirugía de urgencia y, aunque inicialmente mostró síntomas de mejora, en las últimas semanas fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos y tuvo que ser conectado a un respirador artificial y una sonda para alimentarse. La nutrida presencia de sus familiares en el hospital hizo saltar las alarmas y este domingo «a las 6.15 de la mañana», según rezaba el comunicado de la familia, Fernández falleció «tras una complicación pulmonar».
En una época donde el reguetón y la música urbana copan el mercado musical, las canciones de Fernández supieron ganarse un espacio propio que trascendió las generaciones, desde los más veteranos a los más jóvenes, todos los mexicanos conocen sus letras.
A lo largo de su trayectoria, Fernández ha grabado más de 100 discos y ha vendido 70 millones de copias. El artista mexicano también compaginó su actividad musical con incursiones en el cine, grabando una treintena de películas, y cumpliendo el sueño que se propuso de niño. «Iba a ver las películas de Pedro Infante y le decía a mi mamá: ‘Cuando yo crezca voy a ser como ellos’».
Su trabajo ha sido reconocido con multitud de premios -tres Grammy, ocho Latin Grammy, tres premios Billboard y 14 premios Lo Nuestro- y el cantante cuenta también con el récord de asistentes al concierto de un artista mexicano. En febrero de 2009, reunió en el Zócalo de Ciudad de México a más de 200.000 personas.